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Somos el universo entero, ya que nuestra psiquis y nuestro cuerpo, contienen toda la información desde el momento mismo del comienzo de la creación de este Universo.
La teoría del Big Bang, dice que en ese momento se liberó toda la energía que hay en este Universo, toda la energía de lo que fue, es y será.
Energía de la cual está conformado nuestro organismo y que se encuentra almacenada en micro unidades de información a nivel molecular, en todos los componentes de nuestro ser, por lo tanto estas memorias, estos registros de memoria, se encuentran alojadas en nuestro cuerpo y en nuestra mente, a través del ADN, a través de las partículas atómicas que constituyen nuestras moléculas, de la memoria del agua.
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De igual forma se encuentran dentro de nuestra psiquis, ya que esta ha ido registrando nuestras experiencias, en el inconsciente personal, el inconsciente colectivo y el inconsciente transpersonal.
Además de acuerdo con la teoría de los campos morfogenéticos, toda la existencia se encuentra dentro de matrices y patrones holográficos, campos electromágneticos, que hoy se le llaman campos de vida, son los campos invisibles que determinan las formas y se encuentran en toda la materia incluyendo las moléculas, los átomos y los quarks.
En las culturas de los pueblos originarios a esto se le llama el tejido de la vida y está relacionado con las conexiones y la matriz del tejido.
Cuando como médico, psiquiatra, psicólogo o terapeuta iniciamos un acto de sanación, nos estamos enfrentando a este abanico interdimensional y multifactorial. Al parecer, elementos de los cuales estaban consciente nuestros ancestros, ya que si hacemos una investigación, en las religiones milenarias y en la medicina de los pueblos originarios, encontramos el conocimiento de toda esta sabiduría.
La cultura occidental cartesiana, los categorizo de pensamiento mágico, hoy a la luz de los avances científicos, como el hecho del reconocimiento, por la comunidad científica de Físicos y Astrofísicos, de que conocemos solo el 4% del universo, ya que el resto es materia y energía oscura, de la cual no se sabe nada, es que estos saberes, han vuelto a tener relevancia en el mundo de hoy.
No confundamos esto con aquello, estoy refiriéndome exclusivamente al mundo de la manifestación, desde los elementos más sutiles hasta los más densos y específicamente de aquellos que constituyen por así decirlo a nuestro Ego o Conciencia Individual, origen de nuestro sufrimiento y enfermedad, no estoy hablando de Aquello, la Conciencia total, aquello de lo que no se habla, el Tao, Dios, Vacío Místico, Allah, Brahman o como quieran nombrarlo.
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Las culturas milenarias han trazado diferentes mapas para salir del sufrimiento, mapas que han sido delineados por personas que lograron los distintos niveles de Trascendencia.
Como son modelos de la realidad, cualquier mapa sirve, de acuerdo a los registros o memorias de cada persona u organismo cuerpo-mente.
Para iniciar este caminar, se han desarrollado diferentes técnicas, cuyo objetivo es borrar las energías llamadas negativas (dolor, rabia, pena, sentimientos displacenteros), de estos registros de memoria, ya que allí se encuentra bloqueada la energía emocional que nos genera el sufrimiento y nos entrampa.
Estas rutas tienen en común, la generación de las condiciones que permitan acercarnos a la unidad, primero dentro de nuestra psiquis, luego unidad de cuerpo, mente y espíritu, unidad en nuestro corazón, unidad con todo lo manifestado y finalmente disolución en la Conciencia Total.
Conceptualmente es coherente con el concepto de salud y sanación, ya que la enfermedad es sinónimo de fragmentación, tanto psíquica como orgánica.
Es el sentimiento de separación y fragmentación, con sus consecuentes conflictos, por aspectos enajenados de nuestra personalidad, alienados, en oposición, no integrados en nuestra psiquis, lo que nos genera el sufrimiento psicológico y la enfermedad psiquiátrica, también nos lleva al desequilibrio del sistema orgánico manifestándose en enfermedad física.
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